noticias con perspectiva de género

 La joven desapareció en la Lavalle el 4 de setiembre de 2012 y a pesar de la búsqueda desesperada  y constante de un grupo de mujeres de la comunidad ,el Estado no da respuestas.  ¿De qué hablamos cuando hablamos de trata de personas? Es una de las peores violencias de género…

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Las nuevas herramientas digitales han generado un impacto en el periodismo que es revolucionario y determinante. Por un lado, han multiplicado los formatos para contar para lxs periodistas profesionales y por otro, han empoderado a las personas que tienen acceso a la tecnología para poder comunicar sus propias noticias, tanto personales como sociales. Esta situación ha puesto en jaque las banderas de “objetividad” que los llamados medios masivos de comunicación social levantaban y de su influencia absoluta en la sociedad.

El periodismo ha tenido que transformarse. Desde mi punto de vistas las y los periodistas estamos obligados a adquirir conocimiento nuevos. Ya no basta sólo con contar historias, sino con ilustrarlas, con sumarles contenido a través de un video que circulará por las variadas redes sociales, por el on line en el diario donde trabajamos o también por nuestro propio blog con mayor contenido o hipervínculos.

Pero además, la tecnología ha causado una transformación en los medios de comunicación social. Como sostiene el libro El fin del periodismo y otras buenas noticias, a velocidad de las transformaciones tecnológicas, sociales y políticas están provocando mutaciones y una decadencia en los medios comerciales, mientras nacen de la sociedad otros modos, estilos y medios para garantizar que la expresión, la libertad y la comunicación no queden apresadas, deformadas o ignoradas por los medios convencionales.

En San Juan se realizó este año el XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres, pero para  que se esto ocurriera tuvo que existir un primero. Fue gracias a un grupo de 43 mujeres que constituyeron la comisión promotora y que organizaron en 1986 el primer encuentro en el centro cultural San Martín de Buenos Aires. Del mismo participaron mil mujeres de todo el país.

Primer encuentro de mujeres

Las candidatas

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A pocos días de los comicios legislativos en Argentina, uno de los temas de agenda pública durante la campaña fue la participación de las mujeres como candidatas. En Mendoza en particular, se dio la discusión porque el Frente para la Victoria decidió postular a una mujer tercera en la lista para el Congreso, luego de dos hombres, pese a las restricciones de la ley de Cupo femenino sancionada en 1991. En Buenos Aires, muchas mujeres que son candidatas tienen un vínculo matrimonial con hombres que ya tienen cargos políticos.

Este último caso, recorrió los medios de comunicación nacionales, en general, como lo muestra este artículo http://24con.infonews.com/conurbano/nota/88235-los-intendentes-ponen-a-sus-mujeres-como-candidatas/. Como en este texto, la mayoría de las noticias sobre este asunto se hicieron mostrando la relación de estas mujeres con hombres que son políticos, algunos apelaron a la ironía, otros criticaron. Pero, tanto los medios de comunicación como quienes están en cargos públicos perdieron una oportunidad: discutir por qué a más de 20 años de sancionada la ley de cupo femenino (que estableció un piso del 30% de piso de representación femenina en ambas Cámaras), las mujeres no tenemos un acceso igual que los hombres a los lugares de poder en la política, incluso a pesar de tener una presidenta mujer.

Los medios decidieron, por desconocimiento o por ser parte del engranaje del sistema patriarcal, mostrar la situación sin apelar a fuentes como las propias mujeres candidatas, los movimientos de mujeres que desde hace décadas luchan por modificar la estructura de desigualdad que sufrimos y a quienes investigan estos temas en los ámbitos académicos para tener una mirada más amplia del asunto

No hablan de patriarcado ni de igualdad, pero pueden hacer aproximaciones sobre qué es el periodismo de género y les suena críticamente el lenguaje sexista. Periodistas, a quienes consultó Sujetas, demostraron tener conocimiento de la perspectiva de género en sus respectivas profesiones.

Las preguntas fueron formulas a periodistas de distintos medios de Mendoza. Se incluyó al jefe de noticias de diario Los Andes, Claudio Barros; a la editora de Sitio Andino, Gabriela Ceppi; a la coordinadora de carreras de la Fundación Universitas Romina Vargas;al periodista de Sitio Andino, Mariano Fiochetta; a la productora del programa Malos Días (FM UTN) Paola Godoy y la correctora de diario Los Andes, Yamila Weber.

A la pregunta sobre qué entiende por periodismo con perspectiva de género, Barros contestó que “es una nueva forma de lenguaje mediático que erradica viejos estereotipos”; Ceppi dijo que “es dar visibilidad a un hecho independientemente si lo hizo un varón o una mujer”; Fiochetta que “un periodismo donde se evita concientemente evitar huellas en la enunciación discursiva que impliquen muestras de poder de un género sobre otro”, Godoy aseguró que es “un periodismo que marca las problemáticas hacia las mujeres”; Vargas que “es comunicar teniendo en cuenta las problemáticas que atañen al género” y Weber que es “aquel que aborda cuestiones relacionadas con la problemática de género”.

La consulta sobre lenguaje sexista fue contestada por los periodistas con diversos conceptos. Barros dijo que “es aquel que usa la diferenciación de género de forma despectiva”; Ceppi aseguró que “implica discriminación de un sexo por considerarlo inferior a otro”; Vargas opinó que es “el uso de diferentes tipos y combinación de signos que hace referencia a un estereotipo de identidad sexual”, Fiochetta que “es aquel en el cual a través de ciertas construcciones se intenta establecer una relación de poder de un género con otro”, Godoy “es el que prevalece en los medios, en los que se muestra a mujer en una condición de inferioridad” y Weber que es el lenguaje que “legitima una supuesta inferioridad del hombre sobre la mujer”.

En definitiva, este grupo diverso de periodistas tiene nociones sobre qué es la perspectiva de género y cuestiona en lenguaje sexista. La tarea que se abre para las agrupaciones de mujeres y lxs periodistas con visión de género es proponer cursos de capacitación en las redacciones.

La bandera del periodismo independiente aún sigue flameando en muchas redacciones con honores. “No somos militantes, somos periodistas” se jactan algunxs colegas. Detrás de esa mirada que se dice neutra, hay siempre ideología, pero de ¿qué tipo? En general, se trata de un periodismo que asegura “reproducir lo que la gente dice”, es decir, reproducir el sentido común, que desde una perspectiva crítica, es el de las clases dominantes y como tal, es hegemónico.

imagesLas relaciones de género como parte del entramado social y de poder, no son ajeno a este análisis. El sentido común ve naturalizados los roles que “debemos” ejercer las mujeres y los hombres, donde las mujeres estamos subordinadas. Tenemos el mismo acceso al trabajo pero cobramos menos, participamos de la vida pública, pero seguimo siendo “las encargadas” de lo privado, somos vistas en general por el Estado (como fruto del imaginario social) como las cuidadoras y garantizadoras de los derechos de otrxs, necesitamos de ley de cupos para que seamos representadas en los parlamentos…

El periodismo como un factor esencial en nuestras sociedades no puede verse afuera de estas relaciones desiguales. Hacer un periodismo desde los géneros, implica apostar por mayores grados de democracia.

Existe la necesidad irrenunciable de expandir los espacios de participación y empoderamiento para todas las mujeres de nuestros países y es tarea de las autoridades nacionales y locales facilitar este proceso, pero es tarea de todxs hacer los cambios profundos para crear democracias verdaderas donde “la ciudadanía” y “los públicos” no sean sólo los hombres.

¡Casi ninguna! Sólo 9 mujeres contra 39 hombres están primeras en las listas de candidaturas para Diputados y Senado provincial de los diferentes distritos electorales locales y partidos políticos. La ley de Cupo, un techo.senadores-mendoza1.jpg_433_770_c Solo nueve frente a 39.

Pocas, casi ninguna. Los seis partidos que superaron las primarias de agosto muestran en sus listas un dato repetido entre una elección y la otra: sólo 9 mujeres encabezan los listados legislativos de los diferentes distritos electorales contra 39 hombres, lo que prueba que en la provincia, la Ley de Cupo, más que ser un piso, es un techo. La Justicia electoral aún no oficializa los listados locales para los comicios del 27 de octubre. Sin embargo, de acuerdo a la información proporcionada por cada fuerza política, está claro que las mujeres no son protagonistas en estos comicios.En Mendoza se elige los representantes de la mitad de cada cámara legislativa (24 diputados y 19 senadores) y hay cuatro secciones electorales. Por lo tanto, cada fuerza política presentó candidatos para llenar todos esos casilleros, es decir ocho grupos (dos por distrito, uno para el Senado y otro para Diputados) y como son seis partidos, hay 48 listados (siempre teniendo en cuenta las fuerzas que participaron de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias –PASO–, ya que hay además partidos locales que también se presentan y cuyas listas tampoco están oficializadas).

La discriminación hacia las mujeres en política atraviesa las ideologías y los partidos políticos: el radicalismo no tiene mujeres primeras en las listas, el PD tampoco, el FPV dos, el FIT tres, la alianza PS-Coalición Cívica dos y Compromiso Federal dos. Además, en los listados se repite la tendencia de poner tercera a las mujeres y no segundas para garantizar “un lugar entrable” que está contemplado por la ley de Cupo femenino sancionada en el país en 1991.

Según expresó la socióloga Natalia Garavano (egresada de la Universidad de Buenos Aires y especialista en Género y política, y en Género y trabajo), “a más de 20 años de su sanción, la ley de Cupos tuvo, a nivel nacional, un efecto importante, lo que hizo que Argentina se ubicara entre los países con mayor representación parlamentaria femenina en el mundo, sin embargo los lugares de poder no se ceden con facilidad y, como se evidencia en las actuales listas, el cupo femenino termina actuando como un ‘techo’ que, con el paso del tiempo, se vuelve más estrecho, y se carga de todos los prejuicios que pesan sobre ‘lo femenino’”, sostuvo.

La socióloga local e investigadora del Conicet Claudia Anzorena (quien acaba de publicar el libro Mujeres en la trama del Estado, editado por Ediunc), explicó: “Las relaciones desiguales entre los géneros sexuales -como la clase, la racialización o la ubicación geográfica- delimitan el acceso de las personas a los recursos materiales y simbólicos, a la vez que determinan las posibilidades de acción, las prácticas cotidianas y la llegada al poder”. La situación de las Legislaturas atraviesa todo el país de distinta manera. Algunas provincias alcanzan el 30% que estipula la ley, otras no cumplen con el cupo y una minoría alcanza la paridad. Mendoza se encuentra en el primer grupo: cumple con el 30% en ambas cámaras, poniendo de manifiesto la desnaturalización del objetivo principal de la ley.

En su nuevo libro «El aborto como derecho de las mujeres. Otra historia es posible», la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito recupera las voces de las protagonistas de su lucha. La intención es que la obra se convierta en una herramienta de la militancia feminista por el aborto legal como el derecho de las mujeres a decidir sobre su «primerísima propiedad»: sus propios cuerpos.


            Pañuelos y banderas verdes colmaron en la tarde del último jueves la sala Elina Alba de la Secretaría de Cultura de la provincia de Mendoza. Allí, un centenar de militantes e intelectuales feministas se convocó en torno a la presentación del nuevo libro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que recorre la lucha permanente del movimiento de mujeres.

El panel, conformado por las investigadoras especializadas en género Claudia Anzorena, Alejandra Ciriza y Rosana Paula Rodríguez, recorrió las distintas perspectivas que propone la obra para abordar la problemática. Destacaron las diferencias generacionales, geográficas, de género y de ámbitos desde los que se aborda el tema como un aporte sustancial a la hora de dar a conocer la pluralidad de voces que atraviesa esta lucha y que ha sido plasmada en el libro.

El aborto como derecho de las mujeres. Otra historia es posible fue considerado por sus propias autoras como “producto de la construcción colectiva a partir de las ideas nacidas del debate”. Su objetivo es convertirlo en una herramienta para la formación de la militancia por la conquista del derecho y sus implicancias.

También se propone reivindicar la genealogía de la historia de esta batalla contada por sus propias protagonistas: mujeres que experimentaron la situación de clandestinidad para poder acceder a la interrupción de un embarazo no deseado y de aquellas que acompañan a sus pares en las condiciones de hostilidad a las que sistemáticamente las somete la ausencia estatal.

El lema de la Campaña: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, se reiteró durante toda la presentación del libro. Lo mismo ocurrió con los principios de igualdad, laicidad, justicia social y derechos humanos sobre los que se asienta la principal causa de las mujeres en nuestro país.

El libro compila trabajos presentados en paneles y espacios específicos sobre la temática en las XI Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y el VI Congreso Iberoamericano de Estudios de Género, realizados en San Juan durante los días 12, 13 y 14 de septiembre de 2012. La coordinación del libro estuvo a cargo de Claudia Anzorena y Ruth Zurbriggen, quienes lo organizaron en torno a cinco partes:

La primera, a cargo de las compiladoras, se titula “El derecho al aborto en la Argentina, una deuda de la democracia”. Presenta el recorrido de la Campaña desde 2005 hasta la actualidad y una crítica al concepto de “vida” utilizado por la jerarquía de la Iglesia Católica, del especialista José Manuel Morán Faundes.

“Reflexiones en torno a la lucha de las mujeres por el derecho al aborto: rastreos de conflictos aún presentes”, es la segunda parte donde se exponen los debates teóricos y filosóficos respecto del derecho al aborto y la soberanía sobre los cuerpos de las mujeres, las tensiones políticas que atraviesan la lucha y un recorrido sobre las militantes feministas que promovieron la lucha en Argentina.

Desde una mirada jurídica, las abogadas Patricia González Prado y María Angélica Peñas Defago analizan en el tercer eje los “Aportes desde el campo del derecho: la persistencia de la negativa al aborto no punible”.

La cuarta parte hace foco en la lucha simbólica y el tratamiento mediático que la prensa argentina le otorga a la temática en base a una serie de análisis de medios, concentrados bajo el título “Políticas y estrategias de comunicación: disputas de sentidos en el debate sobre el derecho al aborto”. También se analiza la iconografía utilizada por los sectores conservadores antiderechos en la disputa simbólica.

Por último, el aspecto vivencial de la prohibición del derecho del aborto está plasmado en el quinto eje del libro: “Yo aborté: tomar la palabra, narrar y testimoniar en primera persona”. Aquí, diversos testimonios en primera persona detallan la implicancia de la práctica misma de abortar. De manera inédita se destaca la solidaridad de las mujeres organizadas frente a los obstáculos estatales respecto del acceso al derecho. Dentro de este apartado, también se reconocen los aportes de los varones a la lucha, con el fin de visibilizar la transversalidad que marca la problemática de la prohibición.

“Otra historia es posible” culmina con un epílogo titulado “Carta a Simone de Beauvoir”, en la cual Gilda Luongo se pregunta: «¿Cómo leemos y de qué modo rehacemos teoría y praxis feministas en el Tercer Mundo?».


Durante la exposición, la referente de la Campaña a nivel provincial, Claudia Anzorena, valorizó la importancia de que la obra haya sido escrita por las propias militantes. Lo sostuvo en relación con que la mayor parte de los discursos que se centran en el derecho al aborto parten desde una mirada científica y judicial: “Las voces de las mujeres siguen sin ser oídas. Queremos ser nosotras las que escribamos nuestra propia historia”.

Al argumentar, explicó que el cuerpo de las mujeres ha sido históricamente “un campo de batalla y de apropiación e imposición por parte de las instituciones que han instalado roles y estereotipos que pretenden enajenarlas de sus decisiones y autonomía”. En ese sentido, expresó que “plasmar nuestras ideas en un libro es parte de la lucha por recuperar nuestros cuerpos. No permitiremos que sigan siendo externos o desde lugares patriarcales los que sigan indicando qué decisiones debemos tomar para nuestra vidas y qué queremos”.

En la exposición, la socióloga Rosana Paula Rodríguez también hizo  referencia al incumplimiento estatal sobre los casos de aborto no punible y lo adjudicó a trabas políticas y sociales que ratifican la dominación  masculina sobre las mujeres. Advirtió que la prohibición del derecho  “primerísimo de las mujeres”, el de elegir sobre sus cuerpos, las  limita al margen de la ciudadanía.

Por su parte, la investigadora e integrante de la Colectiva Las Juanas y las Otras, Alejandra Ciriza, se refirió al poder eclesiástico que prevalece en plena democracia. Para ilustrar, hizo alusión al incumplimiento del estado argentino sobre los casos de aborto no punible establecidos en el Código Penal desde 1921 y ratificados por la Corte Suprema de Justicia en marzo de 2012.

Ciriza destacó las redes de solidaridad que surgen entre las mujeres para acompañarse en las dramáticas situaciones en que necesitan acceder a la interrupción de un embarazo y el Estado permanece ausente: “Más que redes de solidaridad, las interpreto como experiencias de fraternidad”.

Para la investigadora, el miedo que depara la peligrosidad de la práctica en las condiciones de clandestinidad actuales se traduce también en valentía. “Solo el amor fraterno de las causas compartidas puede hacer que otra historia sea posible”, sintetizó.

No quiero ser madre

cropped-frida.jpgPor Laura Fiochetta

«¿Cuántos hijos querés tener?», pregunta una amiga a otra. Y la escueta respuesta es «ninguno». Diálogos como éste han empezado a ser frecuentes en nuestra sociedad y aunque con reacciones variadas, cada vez son más las mujeres que deciden que no quieren ser madres, independientemente de si tienen o no pareja. Los prejuicios a esa decisión de vida persisten socialmente, sin embargo, nos guste o no, el binomio mujer/madre está en jaque.

Valentina tiene 32 años y es artista plástica. Desde hace dos años vive con su novio, tiene un hijo de 7. «No quiero tener hijos, siempre lo supe, no me gustan los niños, no imagino mi vida con un bebé ni la sueño», sentencia. ¿Qué dice su pareja al respecto? «Lo acepta, especialmente porque él ya tiene un hijo. El problema son otras personas, que me advierten que ya me van dar ganas, que es lo más maravilloso del mundo, pero la verdad es que yo no lo siento ni lo pienso así». Es decir que hablar de «instinto maternal» o «realización personal a través de la maternidad», no vienen a este caso.

El año pasado, la Ciudad de Buenos Aires difundió una encuesta que indicaba que 4 de cada 10 porteñas en edad fértil no tienen hijos. Además, que 30% de las mujeres tiene sólo un hijo. Aunque en las provincias la situación no es similar, la tendencia existe.

Al respecto, la socióloga Valeria Fernández Hansan reflexiona: «Aunque todas, o casi todas las mujeres biológicas tengamos la posibilidad de engendrar, ser madres, debiera poder ser una decisión tomada tras una reflexión personalísima. Ser madre por propia voluntad o llegar a serlo porque así lo indica un deber ser social o familiar, son vivencias completamente diferentes que nos llevan a vivir la maternidad o la no maternidad, también de maneras distintas».

En ese sentido opina María José Bernasconi, Coordinadora Nacional de Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización de Partos y Nacimientos (Relacahupan). «Nosotras trabajamos con mujeres que están embarazadas y han decidido ser madres. Pero pensamos que no es natural serlo. Creemos que lo primero que tiene la mujer es un territorio que es su cuerpo, y a partir de ahí hablamos de autonomía para tomar las decisiones», opina.

¿Qué lleva a las mujeres a elegir si quieren ser o no madres? Seguramente la respuesta tiene muchos argumentos, como mujeres y madres existen. En el libro «Madre no hay una sola», la historiadora Karina Felitti se explaya sobre las diferentes maneras de ser madres, y nos saca raudamente de las estructuras.

Consultada por Los Andes, dijo: «Como seres sociales es evidente que no podemos abstraernos por completo de nuestro entorno y por eso es muy difícil aun pensar diferentes modelos de familia y de maternidades. Por otra parte la decisión de no ser madre es algo que cada vez más mujeres plantean pero todavía puede seguir causando asombro, sospecha y a veces estigmatización. En estas semanas de promociones de juguetes para el Día del Niño veamos cuántos bebés y cochecitos se venden para las niñas, la maternidad como lugar de realización de las mujeres sigue estando muy presente aunque hoy conviva con otras alternativas», asegura.

Escapar del mandato

El libro «Equis, la igualdad y la diversidad de género desde los primeros años» también da cuenta de la necesidad de prestar especial atención a los juguetes con los que juegan nuestros niños y niñas, que influirán en sus futuras elecciones. «Si somos niñas, se esperará que imitemos la cotidianidad de un hogar, que juegos a ser maestras pacientes y cariñosas, y si somos varones, que seamos competidores fuertes, superhéroes valientes y que no lloremos si se nos pincha la pelota», dice este libro.

Sin embargo, pese a todo lo que nos enseñan desde pequeñas, no todas crecemos con las mismas expectativas. Elena tiene 36 años, es licenciada en Ciencias Políticas y sostiene que nunca quiso tener hijos. «Siempre lo supe, ahora no estoy en pareja, pero cuando lo estaba, mi pareja coincidía conmigo, no íbamos a tener hijos». ¿Cuesta decirlo en público? «Cada vez menos me cuesta decirlo delante de otras mujeres. Hace diez años era difícil que entendieran esta posición, todas mis amigas decían que ya me iban a llegar las ganas. Tenía muy claro que no quería tener hijos, siempre usé métodos anticonceptivos para evitar un embarazo».

La doctora en investigaciones feministas de la Universidad española Pablo de Olavide, Rosana Rodríguez , agrega: «Hay tantos aspectos que nos influyen para tomar la decisión de no ser madres, como diversas son las mujeres.

No ser madre es una manera de transitar el mundo tan válida como serlo, nunca se nos ocurriría pensar en esos términos respecto de los varones.

Las presiones constantes de la maternidad no son compatibles con el desarrollo profesional, obliga a las mujeres a tener que elegir por una u otra, postergándose. La no adhesión a los roles de género, escapar del mandato, por no querer ser madres, implica una lucha contra todas las instituciones patriarcales, pues estas mujeres (como las lesbianas, o las mujeres que abortan) se alejan de su género, y suelen ser asimiladas al modelo masculino, también consideradas excepcionales, es decir fuera de lo «normal'».

BUSCADA-744427El próximo miércoles se cumple un año de la desaparición de Johana Chacón, la niña lavallina  de la que hay  indicios de que ha sido víctima de la trata de personas.

Durante este año, la directora de la escuela  Virgen del Rosario a la que asistía, Silvia Minoli y un grupo de mujeres de Lavalle la han buscado incansablemente.  Este miércoles habrá otro pedido de justicia.

Saldrá una caravana desde la Escuela Virgen del Rosario, Tres de Mayo, hacia la plaza de Lavalle y luego por Ruta 40 hasta el km 0 de la ciudad de Mendoza. Allí se realizará una marcha hacia  la Legislatura donde habrá un video y micrófono abierto.